miércoles, 16 de abril de 2008

Cuando dudas...

¿Alguna vez te has preguntado el por qué de tu existir? ¿Para qué levantarte cada mañana a comenzar de nuevo la rutina? ¿Por qué no renunciar por un momento a la monotonía de tu vida?

Tan solo te das cuenta que la oscuridad te somete de nuevo entre las sombras, y no puedes escapar del dolor que te produce; que otra vez la soledad ha llenado el cajón de tu mirada...

Pretendes esconderte pero todo esta al descubierto, aunque para ti las salidas se han sellado y no encuentras solución... te encuentras destrozado; tu corazón hecho trizas, gime del dolor... ¿qué sentido tiene el estar así? Acaso, ¿no había un camino más fácil de seguir? ¿Por qué el someterse a algo que no conoces realmente?

Se dice: "Descansa, todo saldrá bien"... ¿es esto real? ¿En verdad cambiará esta verdad que te sigue por doquier? Tal vez...

Tal vez, y solo tal vez...

Pero no sobra decir: al menos no te olvides de tu fe...

1 comentario:

Carlos Cuervo dijo...

Bueno. Es una pregunta muy frecuente en las personas. Sencillamente radica en el postulado mental de cada uno: ¿Qué hacer?

Claro, es natural que todo tenga su función, y si no la tienes, la vida no tendría un sentido real. Peor aún, el hombre en sus funciones cerebrales avanzadas emite al mundo su capacidad como algo que será práctico y dinámico. Cuándo resulta una monotonía; como si fueses un animal más que se ocupa de vivir a duras penas: no vale la pena existir...

Pienso que la soledad no es la única que somete a la oscuridad. Realmente, la compañía de personas inquietándote sobre tu falta de utilidad puede ser un factor más potente para sentir la monotonía y darte cuenta que a duras penas eres un ser existente pero sin razón de. Pero al mismo tiempo, ver a otros que son útiles y han alcanzado grandes cosas -a tu parecer- y tu no lo has hecho; te impulsa a volverte más crítico sobre ti mismo y te lanza al rodeo de la vida, donde tienes que competir para demostrar ser mejor y mejor, y mejor aún...

"¿Por qué el someterse a algo que no conoces realmente?"

Sobre ese postulado... creo que hay que tener en cuenta que nada nos es conocido del todo. La vida misma es tan misteriosa que vale la pena llegar hasta el final, y aún así... jamás conocerla. Es evidente que te refieres a la fe cristiana como influencia sobre la vida. Claro, en el cristianismo andas generalmente a oscuras. ¿Dios es conocible? Si, dicen, pero hasta cierto punto... "Hasta donde él se deja conocer" Toda esta cuestión resulta interesante, pero no por ello, pierde sentido el grandioso misterio que nos da el creador: la vida. Es precisamente la curiosidad sobre nuestras historias la que nos impulsa a seguir para conocer el "¿Qué hacer?" o "¿Qué sucederá?"

Obviamente la fe es la que nos mantiene con vida. Quien no tiene fe, inevitablemente no vivirá. Afirmo esto por el tema central del escrito: el sentido. Con sentido, entendemos "el camino" y es precisamente algo incierto. No conocemos que sucederá. "hacemos planes, pero no siempre se cumplen" como sueles decir. Y es la fe en los planes que haces o en los planes del creador -según sea tu fe- la que te lleva a vivir por ello... ¡Qué tonto es decir que la fe es para ciegos! Siendo la fe precisamente los ojos de la vida.