viernes, 3 de octubre de 2008

El hombre: ser religioso por naturaleza

Desde diferentes campos se ha afirmado que el hombre está constituido por diferentes esferas, donde según algunos, se determinan la dicotomía, tricotomía o unicidad del ser humano. Teniendo en cuenta todos estos conceptos, de lo material e inmaterial del hombre, ¿es posible declarar que el hombre puede llegar a convertirse en un ser arreligioso? Imposible. Sin importar la disciplina que este estudiando la composición del ser humano, se concluirá que el hombre no puede abandonar su naturaleza y no manifestar en ningún momento de su vida la religión.

Partiendo del punto de vista del cristianismo es un poco complejo tratar de explicar la religión sin llegar al concepto de “Dios”. Este es el centro de su religión, es su Misterio. De allí que los estudiosos de la teología cristiana quieran ahondar en el tema de la naturaleza religiosa del hombre. De nada serviría estudiar o proclamar algo que a fin de cuentas es creación del mismo hombre, o simplemente tendrá fin cuando el lo desee. En este sentido podrá observarse que en el transcurso de la historia, independientemente de la religión, la cultura, el nivel socio-económico, o cualquiera que sea la variable, el hombre no se aparta de su naturaleza religiosa.

El hombre

Al hablar del hombre se hace referencia a los seres pertenecientes al género humano (varón y hembra). Posee una parte biológica, social, cultural, moral, etc. Esta estructura, espera ser entendida, no desde una sola área de estudio. La filosofía, por ejemplo, encuentra diversos conceptos que intentan explicar al hombre en todas sus dimensiones. El punto que interesa aquí es el que divide al hombre en una parte material y otra parte inmaterial; a lo cual la teología llama, según corresponde a la manera de dividirlas, dicotomía y tricotomía.

Para no adentrarnos en la discusión teológica entre dicotomía y tricotomía, haremos referencia, en cuanto a terminología, a lo material y lo inmaterial del hombre. Es claro que la parte material del hombre es el cuerpo. La discusión está en lo inmaterial, donde vale incluir el alma, el espíritu y el intelecto, o más bien la razón.

La Religión

Dar un concepto de religión es algo complejo. Pero podríamos decir que la religión es, básicamente, un elemento de la actividad humana que suele componerse de creencias y prácticas sobre cuestiones de tipo existencial, moral y sobrenatural. El intento por tener una definición lo han trabajado sociólogos, antropólogos y filósofos. El sociólogo G. Lenski propone que es un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que se articula en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los seres humanos. Mientras que el antropólogo Clifford Geertz propone una definición alternativa: “La religión es un sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los hombres, formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único”.

No obstante, sí es posible incluir algunos elementos dentro de la religión. Algunos de estos podrían ser: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias, oraciones, etcétera. A pesar de la existencia de conceptos como los anteriores, la religión ha sido tomada como algo diferente. Fácilmente ha sido relacionada con la institucionalización y/o conocimiento de las diferentes religiones o grupos religiosos. Situación que afecta grandemente a la hora de definir que tan posible sea la existencia del hombre como un ser arreligioso.

El hombre y la religión desde la sociología

En la sociología de la religión encontramos tres pensadores sobresalientes, para los cuales, la religión cumple un papel fundamental en la sociedad.

Carlos Marx: Es mayormente conocido por su expresión “la religión es el opio de los pueblos”. Para él la religión cumple una función social. Es la salida que encuentran los pueblos oprimidos hacia una esperanza que Marx llama “felicidad ilusoria”. Es la compensación de su situación socio-económica.

Max Weber: Para Weber la religión tiene poder suficiente para construir la representación que un individuo se hace del mundo. Esa representación afecta a su vez la percepción de sus intereses y en definitiva el curso de sus acciones. Al igual que Marx, afirma que la religión es la respuesta a la pregunta del sufrimiento e infortunio de los pueblos.

Emilio Durkheim: La religión, para Durkheim, es algo que no puede pasarse por alto, pues TODA sociedad tiene religión. El hombre percibe la existencia de una fuerza superior a el, a lo cual le atribuye un rostro sobrenatural. Durkheim hace una clara diferencia entre lo sagrado y lo profano, en donde cada sociedad termina por practicar una religión de manera colectiva.

El hombre y la religión desde la filosofía

Desde el inicio de la historia, el hombre desarrolló la religión como parte de la cotidianidad. Cuando aparecen las jerarquías humanas, aparecen las jerarquías “divinas”. Entonces, cualquier interrogante que surgía de la vida misma en cuanto a temores, angustias y preguntas fundamentales de la existencia y naturaleza de las cosas, hallaba respuesta en la mitología y la religión. Eran los dioses los responsables de lo bueno y lo malo en el mundo, según la perspectiva humana. De allí que los hombres cumplieran con ciertas normas y ritos para agradar a esos dioses.

Ya se ha afirmado que el hombre ha tenido religión desde el comienzo de su existencia. Pero, la base sobre la cual los grandes pensadores han discutido es de quién surgió la necesidad religiosa en el ser humano. Criltias, por ejemplo, explica la religión o la idea de divinidad como una creación del hombre para establecer un respeto por la ley y la moral para la vida en sociedad .

E. Bergson ha de explicar el problema del hombre y la religión en cuanto la naturaleza de ésta, partiendo de la religión estática y la religión dinámica. En la primera el hombre mismo, cumpliendo una función fabuladora o forma de imaginación, crea representaciones “fantasmáticas”, imágenes de potencias, de entes extranaturales, que llegan a ser creídos poderes y personas reales. Dando la razón a quienes piensan que la religión ha sido fabricada por el hombre . La religión dinámica, por el contrario, va a dar un salto de lo exterior a lo interior. El hombre puede atribuirse ciertos poderes, pero no deja de ser algo creado. Debe haber algo superior, algo sobreintelectual, mucho mayor que el hombre.

El hombre y la religión desde la ciencia

Al saber que el hombre es tomado como un ser religioso por naturaleza, la ciencia no espera quedarse atrás tratando de explicar esta realidad desde el campo físico. Es aquí donde nace la Neuroteología, que es el estudio de la neurobiología de la religión y la espiritualidad. Todo comienza con la investigación del doctor Andrew Newberg de la Universidad de Pennsylvania y su colaborador Eugene d’Aquili. Quienes realizaron un estudio en los monjes budistas tibetanos y algunas monjas franciscanas durante sus experiencias religiosas.

Pudo descubrirse que el cerebro reacciona de manera - podría decirse - instantánea en el momento de meditación, oración, trance, o como quiera llamarse a tal experiencia con lo sobrenatural. Para explicarlo se toma en cuenta que se activan y desactivan diferentes partes del cerebro en ese momento. Consiente o inconscientemente durante la actividad religiosa o ritual, una parte del cerebro se desconecta del mundo real y se conecta otra con el mundo sobrenatural o espiritual. En este momento el hombre reconoce la inferioridad del “yo” y entra en la superioridad de ese algo, ese misterio que el, de alguna manera, adora.


Sin embargo, no deja de surgir la duda en cuanto a la actividad cerebral del hombre en el aspecto de lo religioso. Es acaso producido por el mismo hombre, o ya había sido calculado que lo tuviese. Algunos, como Sharon Begley, piensan que simplemente es una cuestión que los científicos nunca podrán resolver, pues eso es netamente una cuestión de fe.



Pero, ¿qué del hombre arreligioso? Tanto la filosofía, la sociología y la ciencia misma han declarado que el hombre posee religión como algo inherente en el. Sea el hombre u otro ente supranatural el que dé la conciencia religiosa, ésta existe como parte natural del ser humano. Lo moral y lo sagrado puede ser determinado por el hombre, independientemente de su creencia particular. De alguna manera, la religión siempre servirá de respuesta a todo aquello que el hombre no puede responder. Siempre habrá algo superior al ser humano, incluso si está dentro de su mente. Lo intangible e infinito no hallará respuesta en algo tangible y finito como lo es el hombre. Como plantea Sharon Begley, todo es cuestión de fe, a lo cual el hombre no puede rehusar, pues hasta en su sistema biológico está presente.

BIBLIOGRAFÍA

Ø CONFORD, Francis M. “De la Religión a la Filosofía”.

Ø ESPIRAL, Enciclopedia Temática Ilustrada.

Ø Diccionario De la Real Academia de la lengua española

Ø SCIACCA, M. F. “Dios y la religión en la filosofía actual”.

Ø www.wikipedia.org

Ø www.elnuevodiario.com.ni

Ø www.dios.com.ar


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que la naturaleza religiosa del hombre está en su razón, más que un aspecto instintivo. Precisamente es su reunión de datos y conclusiones lo que lo lleva a pensar: efectivamente, hay divinidad. Y de ahí, la religiosidad.

Sin embargo, hay quienes se atreven a decir que no creen en tales cosas. Pero está comprobado, que a la menor percepción de algo considerado en su cultura como "paranormal" no pueden reaccionar rápidamente a su "no creer". Por tanto, pesan más en su mente los pre-conceptos generados por su crianza que su razonamiento sin sustento de "no divinidad"...

Ya dejando la basura...
Ta weno el arti... xD

Anónimo dijo...

Entonces ¿Dios es producto de la razón humana o realmente existe?
Y si existe ¿cómo compruebo su existencia?
Y si no puedo comprobar su existencia ¿cómo creer en Él?

Angela Patricia, Bethl dijo...

En primer lugar te felicito por este blog, es muy interesante, y aún mas cuando me doy cuenta de que eres una joven apasionada, que sabe vivir con intensidad y a profundidad, disfrutando cada instante...
En cuanto al tema que propones... me recuerda una frase de un santo "Nos has hecho Señor para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti".
Para Andrés... la fe en Dios no es cuestión de comprobar, es una experiencia personal con Él, que por lo que veo no has tenido: cuando nos damos cuenta de la existencia de Dios en nuestras vidas, es demasiado tarde... Él pasa a ser el fundamento y sentido de cuanto somos... la fe es un regalo, un don gratuito... y con mucho cariño se lo voy a pedir a Dios para ti, porque no tienes ni idea de lo que te estás perdiendo. Abrazossss

Blogger dijo...

los antiguos griegos tenían dos dioses realmente importantes ,,apolo y Dionisos ,dos dioses que danzaban juntos ,ambos se necesitaban y no podían vivir el uno sin el otro ,eran como el cielo y la tierra ,se podría decir que ellos encontraron la plena armonía entre el cielo y la tierra ,,,, `` cuerpo mente en plena armonía con la naturaleza ,, descartes dividio en dos cosas separadas ,, gracias a este señor tenemos ciencia y tecnología ,es cierto ¡¡¡ empezó la era del racionalismo y el reduccionismo ,,pero en este paseo nos olvidamos de Dionisos el dios de la pasión el amor ala vida ,es decir dejamos de danzar y sentir la vida , en detrimento de sentir la armonía con la vida y la naturaleza ,,, nos transformamos en seres racionalistas y materialistas ,la parte auténticamente religiosa ,en comunión con la vida se dogmatizo ,y quedamos reducidos a pura materia